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miércoles, 3 de junio de 2015

K128: «PREGÚNTATE SI TODA LA FRUTA Y LA FRUKTOSA SON TAN BUENAS KOMO NOS HAN KONTADO»

KONSEJO 128 del Dr. Kabra: 

«PREGÚNTATE SI TODA LA FRUTA Y LA FRUKTOSA SON TAN BUENAS KOMO NOS HAN KONTADO»


Algunas personas presumen al tomar un zumo de naranja natural en el desayuno de lo bien que comen y se nutren...


¿Y si estuvieran totalmente equivocados? 


Resulta que las frutas ahora, ya no son lo que eran. Hay frutas en todas las épocas del año, muchas de ellas se cogen verdes y maduran en cámaras frigoríficas, muchas viajan miles de kilómetros antes de llegar al mercado, incluso en contenedores de barcos que tardan semanas en llegar de un continente a otro, sufren los rigores de la lluvia ácida, la contaminación, la hibridación, los cambios genéticos, la fumigación con pesticidas y minerales pesados, perdiendo todas o casi todas sus propiedades de las que gozan en los libros de texto y en las revistas que quieren fomentar su consumo realzando sus propiedades...



La foto es esplendorosa. Digna de algo maravilloso, extraordinario. Pero la realidad es ke, salvo el agua para rehidratarse, no hay nada en la imagen ke valga la pena, y más si ese zumo de naranja se toma en sustitución de una ingesta de nutrientes esenciales en lugar de komo akompañante a los mismos y komo aporte de kombustible para un inminente esfuerzo posterior laboral o deportivo. Nutritivamente no aporta al kuerpo nada de nada. Menos de 0.8 gr de proteína por 100 gr de produkto y menos de 0.2 gr de grasas. Si no es la naranja recién rekogida del árbol, una cantidad insignificante de Vitamina C y de minerales y prácticamente nada de fibra soluble si se desprecia la pulpa. Práktikamente, ayuno nutricional total. Y encima, daño total para el hígado y las arterias kon la fructosa, si en lugar de kemar las 120 kalorias de kada kuarto de litro kon actividad, hacemos práktikamente reposo.


Hoy por hoy, la fruta, sobre todo en los zumos, no es más que un pelotazo de azúcar. La vitamina C (ácido L-Ascórbico que pasa de L-evo a D-extro fácilmente perdiendo su poder) es una vitamina frágil que se deteriora con el paso de los días, y a 10 días o más de la recolección, la cantidad activa (Levo) en una fruta no llega ni al 3% de la original. La fibra soluble es algo que se concentra en la pulpa, por lo que en el zumo no recogemos apenas ni el 5-10% de la misma.


Un vaso grande de zumo de naranja puede contener la misma cantidad de azúcar que una lata de cola, unos 38-39 gramos de azúcar. Y si el zumo es de tetra-brik es posible que tenga muchos más.


Si se analizan las propiedades, de fibra, de vitaminas, de proteínas, de grasas esenciales, de anticancerígenos, de minerales... resulta que nos llevamos una sonora decepción en cuanto a que sean un alimento nutritivo, ni siquiera interesante para nada. Todo se ha reducido a agua, con color, y mucho azúcar.


Pero resulta que el azúcar de la fruta, no es glucosa. Sino algo todavía más tóxico. Es FRUCTOSA.


Los científicos han demostrado, desde 1980, y ya por activa y por pasiva, que la fructosa, una forma barata de azúcar utilizado en miles de bebidas y productos alimenticios, puede dañar el metabolismo humano y se encuentra "muy activamente" colaborando con la crisis de obesidad, si no es hoy por hoy su principal promotor y agente causante.





Antiguamente, se creía que la fructosa podía ser un sustituto saludable de la glucosa, ya que endulza un 20 % más que ésta última, siendo además más barata y fácil de extraer, poseyendo un menor poder calórico, 400 kcal por cada 100 gramos. Era posible endulzar del mismo modo con menos cantidad. Su Índice Glucémico  (IG) es sólo de 20, mientras que el de la Glucosa es de 100, por lo que en teoría no producía un pico de azucar en sangre, que la insulina debiera de anular de inmediato, recomendándose incluso para los diabéticos, ("pobrecillos"), cosa que sin embargo hace, sólo que con efectos retardados. No sólo no es buena para los diabéticos, sino que está produciendo diabéticos a mogollón cada día...


Parece un produkto muy atraktivo. Ya de por sí, los mismos kolorantes son peligrosos y nocivos para la salud. La komposición ha variado de un 100 % de azúkar (ke sólo tiene un 50% de fruktosa tóxika) a un 100% de JMAF (ke kontiene un 55% de fruktosa) o al 100 % de Fruktosa si se usa kristalina kon un poko de gelatina. Parecen los venenos de una muerte dulce para todo niño inkauto de la especie humana. Y los adultos, adiktos a la fruktosa y al azúkar, son más niños ke los niños en sí.


Un endulzante extraído del maíz, el JMAF (Jarabe de Maíz de Alta Fructosa) puede causar que las células de grasa crezcan alrededor de órganos vitales poniéndolos en peligro y es capaz de desencadenar las primeras etapas de la diabetes y de enfermedades cardíacas.


Durante 10 semanas, 16 voluntarios se sometieron a una dieta controlada que incluía altos niveles de fructosa que produjo nuevas células de grasa alrededor de su corazón, hígado y otros órganos digestivos. También mostraron anormalidades en el metabolismo de los alimentos relacionadas con la diabetes y enfermedades cardíacas. Otro grupo de voluntarios que llevaban la misma dieta, pero remplazaron la fructosa con la glucosa, no presentó ninguno de estos problemas.


Empezaron kon el JMAF 42 y ya van por el JMAF del 55% de fructosa en el Jarabe. Y también existe la fructosa kristalina que tiene el 99,9% de fructosa. Y la muerte kristalina. Ke es lo mismo, pero menos dulce.



Consumir este Jarabe de Maíz de Alta Fructosa, es la manera más rápida de dañar la salud. Y la fructosa, -en cualquiera de sus formas- incluyendo la fructosa cristalina- es lo peor de lo peor. 


La glucosa es la forma de energía para la que estamos diseñados. Cada célula de su cuerpo, cada bacteria, y de hecho, todo ser viviente sobre el planeta, utiliza la glucosa como forma de energía.


Si la fructosa se ingiere únicamente en forma de frutas, miel  y vegetales (donde se encuentra de manera natural y mezclada con otros compuestos), la ingesta de fructosa sin abuso no suele subir de 15 gramos al día de este monosacárido. Si lo complicamos con una dieta muy alta en azúcar de mesa (sacarosa), o con el edulcorante sucralosa, que llevan un 50 % de fructosa (y hoy, casi todos los alimentos procesados llevan una alta adición de azúcar), la cosa se agrava. Y si la persona es adicta a los refrescos azucarados, puede introducirse hasta 75 ó 100 gr (o incluso más) de fructosa al día.



Una fruta al día, o un poco de miel, o de azúcar, es posible que pueda pasar desapercibida en su efecto pernicioso. Una ingesta masiva de fructosa, la convierten en el más feroz enemigo de la salud y de la nutrición, aparte de ser calorías vacías, sin ningún nutriente esencial, sin proteínas ni ácidos grasos benefactores, y muy necesitadas de vitaminas y minerales que tienen que tomar de otros alimentos para su total metabolización, aparte de que inhibe la comunicación de saciedad entre la leptina y el cerebro, no nutre y aleja al cerebro de la búsqueda para conseguir el resto de nutrientes que le hacen falta.


A diferencia de la glucosa, que se absorbe instantáneamente, produciendo un aumento y disminución rápida de energía, la fructosa es metabolizada y guardada, en parte por el hígado en forma de glucógeno como reserva para situaciones de esfuerzo. Sin embargo puesto que la fructosa acaba transformándose en glucosa produciendo una elevación glucémica en sangre, no se considera un edulcorante recomendable para las personas con diabetes.




El problema es ke la kalavera no es visible en el producto real del supermerkado ni en el restaurante de komida basura. Pero aún siendo visible, el ser humano es tan TONTO, ke kon sólo unas buenas campañas de publicidad se lo akabaría tomando komo un poseso, e incluso le parecería divertido.


Sin embargo, desde la década de 1980 numerosos estudios han ido asociando las dietas ricas en fructosa a enfermedades como:


- Promover la obesidad y problemas y enfermedades relacionadas. 
- La resistencia a la insulina. 
- La Diabetes de tipo II.
- Elevar la presión arterial y causar hipertensión nocturna.
- Elevar los niveles elevados de triglicéridos y VLDL.
- Causar el agotamiento de vitaminas y minerales.
- Enfermedades cardiovasculares (sobre todo si existe deficiencia de cobre).
- La Enfermedad del Hígado Graso No Alcohólica  (EHGNA).
- Elevar los niveles de ácido úrico, que puede causar artritis, gota y síndrome metabólico.
- Acelerar la progresión de la enfermedad renal crónica.
- Aterosclerosis intracraneal (estrechamiento y endurecimiento de las arterias del cráneo).
- Poseer un efecto genotóxico en el colon.
- Promover la metástasis en pacientes con cáncer de mama.
- Causar daño tubulointersticial (lesión de los túbulos y tejido intersticial del riñón).
- Promover el crecimiento del cáncer de páncreas... 
(La lista no es cerrada, y existen bastantes enfermedades más...) 


Las causas subyacentes parecen ser el hecho de que la fructosa sólo puede ser metabolizada por el hígado, a diferencia de la glucosa que pueden tomarla la totalidad de las células.  En una investigación llevada a cabo por Mary Field, los hígados de las ratas sometidas a una dieta rica en fructosa, acabaron siendo semejantes al hígado de alcohólicos: veteados de grasa y cirróticos.


Según W.J. Whelan, cuando la fructosa llega al hígado, éste cesa su actividad habitual para dedicarse en exclusiva a la metabolización de la fructosa. Ello causa un cese en la actividad digestiva habitual del organismo, llevando a niveles más elevados de Grelina (hormona del hambre) en sangre y reduciendo los niveles de Insulina y Leptina (hormona de la saciedad). Como la insulina y la leptina inhiben el apetito y la grelina lo incrementa, la ingesta de fructosa no colma el apetito y el individuo se ve forzado a ingerir más alimentos, en muchos casos, que siguen conteniendo fructosa. De esta forma, la fructosa se convierte en una auténtica trampa para la obesidad mórbida.


El uso de la fructosa como endulzante es relativamente reciente, extendiéndose a partir de la década de los '70. Y coincide con el inicio de la epidemia de obesidad en EEUU. A partir de esa fecha, ha ido sustituyendo progresivamente a la glucosa como principal edulcorante industrial. Un ejemplo, es el Jarabe de Maíz, que básicamente es fructosa, el cuál constituye el ingrediente endulzante en una gran cantidad de productos alimenticios preelaborados o enlatados en países de América y Europa, debido al bajo costo para producirlo. Hoy en día, el 55 % de los endulzantes que se utilizan en la fabricación de alimentos y de bebidas están hechos de maíz y la fuente principal de calorías en los Estados Unidos es la soda o cola, en forma de fructosa.


Este cambio ha alterado de manera drástica la dieta del estadounidense promedio que consume la asombrosa cantidad de 64,4 kilos de azúcar al año. Y, paradójicamente, los productos en que las personas confían para bajar de peso, -los alimentos bajos en grasa-, a menudo, son los que más fructosa contienen. Para empeorar las cosas, toda la fibra ha sido removida de estos alimentos procesados, por lo que en esencia no tienen ningún valor nutritivo.


Es importante entender algunas de las diferencias sobre cómo el cuerpo controla la glucosa en comparación con la fructosa. He aquí cómo se descomponen y utilizan los dos diferentes monosacáridos:

*- Después de comer glucosa, el hígado sólo metaboliza el 20 % de la misma. Cada célula del cuerpo, incluidas las del cerebro, utiliza glucosa. Por lo tanto, la mayor parte de la glucosa se “quema” de manera inmediata después de consumirla.  Tan sólo un 5 % se transforma en grasa.

*.· Después de comer fructosa, el 100 % del trabajo metabólico recae en el hígado. El hígado paraliza su actividad metabólica, y se pone casi en exclusiva a convertir fructosa en glucosa, liberándola a la sangre, lo que produce un pico de glucosa en sangre y una subida de la insulina, que es todo un peligro para los diabéticos si acaso no disponen de ella (atrofia de las células beta) o la insulina no hace su trabajo (resistencia).

. El proceso de metabolización de la fructosa incluye su fosforilación por medio de la eliminación de los grupos fosfato del ATP (trifosfato) que se reduce a AMP (monofosfato), posteriormente en inisotol monofosfato (IMP) y finalmente es degradado a ácido úrico. Dicho agente es el responsable de la "Gota", enfermedad que también ha sido asociada a dietas ricas en fructosa.

. Otra parte de la fructosa,  el 40 %, se convierte en ácidos grasos, se crea la VLDL (la forma más dañina de las lipoproteínas (la de muy baja densidad) que transportan el colesterol) y triglicéridos, que se almacenan en forma de grasa.

· Los Ácidos grasos se acumulan en forma de grasa en el hígado y en los tejidos musculares, causando "Resistencia a la insulina" y "Enfermedad de Hígado Graso No Alcohólica” (EHGNA). La resistencia a la insulina se convierte en "Síndrome metabólico" y "Diabetes de tipo II".

· La fructosa es el carbohidrato más lipogénico. Se convierte en Glicerol activo (G-3-p), que se utiliza directamente para convertir los Acidos grasos en triglicéridos. Mientras más G-3-p se tenga, más grasa se almacena. La glucosa no hace en condiciones normales nada de esto.

· Cuando se comen 120 calorías de glucosa, menos de un 5 %
 se almacena en forma de grasa. 120 calorías de fructosa, dan como resultado 40 calorías almacenadas en forma de grasa. ¡Consumir fructosa es, en esencia, acumular grasa, en las partes del cuerpo más insospechadas!


Evidentemente, para un negro norteamerikano, esas kosas están muy apetitosas. Los produktores de maíz se están kargando más negros por día ke todo el Ku Klux Klan en su historia. Es la enfermedad de los pobres. «Les hacen adiktos a la fructosa, los ceban hasta ke se ponen mórbidos, los eliminan kuando ya no tienen poder adkisitivo o kuando ya no tienen seguro médico para los tratamientos de insulina... y se empieza de nuevo el ciklo». Es triste, pero está okurriendo... Y kada día...


La conclusión es: la fructosa conduce al aumento de grasa abdominal, a la arterosclerosis, a la resistencia a la insulina y al síndrome metabólico-, sin mencionar la larga lista de enfermedades crónicas que pueden ser causadas por ella.


Como si los efectos metabólicos no fueran suficientes, hay otros problemas con la fructosa que desaprueban su seguridad:

· Más de un estudio ha detectado niveles inseguros de mercurio en el JMAF. 


High Fructose Corn Syrup (HFCS) o JMAF. Veneno puro. Y hasta en la sopa.


· La fructosa cristalina (una forma de fructosa súper-potente que está utilizando la industria de alimentos y bebidas), podría contener arsénico, plomo, cloro y metales pesados, como el Mercurio.

· Casi todo el jarabe de maíz de alta fructosa está hecho de maíz genéticamente modificado, lo que viene con sus propios riesgos, aparte de los restos de pesticidas y metales pesados que soporta, de los que siempre quedan restos, y de consecuencias en la salud insospechadas.


Los gobiernos y las Instituciones sanitarias (y menos, las agencias norteamericanas, como la FDA o la USDA), no van a tocar ni un pelo de los enormes beneficios económicos que tiene este sector, aún a costa del alto sacrificio en vidas humanas y la auténtica degeneración de la población que se está produciendo en países desarrollados, y en teoría, con un gran nivel científico, como EEUU, México, Canadá, Suiza, Inglaterra, etc...


Así que depende de usted tomar el control de sus propios hábitos alimenticios:

*Evite tanto azúcar como le sea posible. Esto es especialmente importante si Vd. padece de diabetes o sobrepeso, colesterol alto o hipertensión arterial. Compre alimentos sin procesar en el "mercado" y desprecie los procesados en el "supermercado". Si va al supermercado, lea todas las etiquetas, y rechace todos aquellos en los que el azúcar, la fructosa, el jarabe de maíz, el sirope, etc., vayan entre las cinco o seis primeras posiciones de un alimento. Lo ideal es que los rechace inmediatamente con sólo verlos en la composición.

*Puede utilizar Stevia como edulcorante; pero si lo intenta, puede ir reduciendo el número de gotas que necesita para endulzar un alimento hasta que se dé cuenta de que no es necesaria en absoluto.

*Elimine de su alimentación todos los productos que aparezcan con los adjetivos: "Azucarado", "Edulcorado", "99% libre de grasa",  y no se fíe de los que ponen "Sin azúcares añadidos", que luego aparecen en la composición.

*No use más la miel en su alimentación. Es un jarabe de fructosa, y el resto de las propiedades de las que goza en la leyenda, en absoluto hoy por hoy, están ya certificadas.

*Evite TODO tipo de endulzantes artificiales, que pueden dañar su salud incluso más rápido que la fructosa. Y también el jarabe de Agave, ya que es savia altamente procesada que está llena de fructosa. Su azúcar en la sangre subirá como si estuviera conectado a un azucarero o al JMAF. El meteórico ascenso de popularidad que ha tenido el agave es gracias a las campañas de publicidad. Sin embargo, todos los beneficios que se encontraban en el agave natural han sido eliminados.

*Evite las llamadas bebidas energéticas y deportivas porque están cargadas de azúcar, fructosa, sodio y aditivos químicos. Rehidratarse con agua purificada y fresca es la mejor opción.


*Y anule la mayor cantidad de frutas de la alimentación. La diferencia básica entre un vaso de agua con azúcar de mesa, y la misma cantidad de fruta o del zumo de esa fruta, es que el agua con azúcar, tiene un 50% de glucosa que no es tóxica como lo es el restante 50% de fructosa; por contra al 100 % de fructosa de la fruta. Olvídese de lo de "5 al día". Eso está bien para vender fruta en el extranjero, pero no para su salud. 5 frutas al día, o más, pondrían su hígado en estado cirrótico, antes que tomando 5 cervezas diarias. 


Son muy apetitosas, y están muy dulces y muy ensalzadas por las revistas de salud oficiales (Véase "Saber vivir. tve") porke visten mucho. Pero son fundamentalmente "agua kon veneno". Kon un veneno llamado fructosa, ke nuestras células no son kapaces de tomar ni metabolizar, y ke vuelve loko a nuestro hígado: intentando konvertirlo en glukógeno, si nuestras reservas estuvieran vacías; en glukosa, produciendo obesidad, diabetes y resistencia a la insulina; o en triglicéridos, ke luego se depositan en nuestras arterias mediante las VLDL, anulando la saciedad e inkrementando el hambre, hasta meternos en un církulo vicioso del ke sólo se sale kon los pies por delante.


[Por una relación positiva riesgo-beneficio, y como algo personal, salvo a algunas frutas cítricas poco azucaradas, como el limón, la lima y el pomelo, y a frutas con mucha cantidad de productos antioxidantes y anticancerígenos como las bayas: fresa, frambuesa, mora, grosella, arándanos; a las frutas grasas: aguacate, coco, aceituna; a todos los frutos secos; y a una muy azucarada pero benefactora como la granada. Y pare Vd. de contar].


La industria de alimentos y bebidas hará todo lo posible, mediante el bombardeo publicitario, los lobbys, y los sobornos a políticos y funcionarios, (basta con ver el rechazo a la iniciativa inglesa en el Parlamento Europeo de poner semáforos en los productos con exceso de azúcar y el mantenimiento estúpido y grotesco de los % por ración que vienen en las etiquetas) para no perder este chollo, que es la gallina de los huevos de oro:  el JMAF, desde su introducción en 1975 en la alimentación- no sólo en forma de zumos y bebidas, sino en aderezos, condimentos, aguas minerales con sabor, la coca cola, yogures, bollería, galletas, barritas y hasta en chips salados y prácticamente en todos los alimentos procesados, ha producido ya cientos de millones de US$. 


Algunos produktos, ya los konocemos akí: el ketchup, la koka-kola, el macdonald, la mermelada, el zumo... Los otros, akabarán llegando, porke esas empresas, kon el JMAF están ganando tanto dinero ke akabarán komprando las empresas pequeñas de alimentación en Europa y todo al final serán 7 ó 10 multinacionales ke kompitan entre ellas para ver kién nos vende más fructosa y nos hace más adiktos a su droga dura hasta ke ya seamos kadáveres.


Existen numerosos estudios científicos que demuestran que la fructosa no es segura, ni inocua, sino muy dañina; pero a pesar de ello, la oleada de obesidad, diabetes, gota, hipertensión, y enfermedades cardiovasculares y degenerativas no para de crecer, sin que nadie se atreva a ponerle freno (en EEUU mueren 1.100 personas diariamente por esta causa, cosa que no sale en las noticias, y sí cuando un loco mata a tiros a 5 ó 6). Se ve que ningún gobierno ni asociación de consumidores tiene ya agallas para detener esta epidemia (más bien pandemia) ni poner fin a los efectos de esta desinformación nutricional de las últimas cuatro décadas. La película de terror de "Los chicos del maíz" ha saltado de la pantalla a la triste realidad.


 

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